Por un lado, dialogar es una necesidad del ser humano directamente relacionada con la autoestima, la salud mental, la aceptación social y el fortalecimiento de vínculos interpersonales, entre muchos otros.
Por otro lado, dialogar es una habilidad que se aprende dialogando, pero que también se pierde cuando no se practica. Ella está directamente relacionada con nuestra capacidad de escuchar, argumentar y pensar críticamente. ¿Qué pasa en una sociedad donde el diálogo es escaso? → Ver punto anterior (6).