La escucha del oyente es tan importante como la palabra del hablante. Estar presente, con la mente y con el cuerpo, es un acto de generosidad que honra la vida y el camino de los demás.
La escucha del oyente es tan importante como la palabra del hablante. Estar presente, con la mente y con el cuerpo, es un acto de generosidad que honra la vida y el camino de los demás.